Propuesta por Antoine Lavoisier en 1785, establece que “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”, es decir, en un sistema cerrado, en donde no hay intercambio de materia con el exterior, la masa de los reactantes es igual a la masa de los productos, aunque se produzca cualquier reacción química.
Por ejemplo, si se pone a calentar una vela en un recipiente herméticamente cerrado, lo que asegura que no se está intercambiando materia con el exterior, no se debería apreciar cambios detectables en la masa.
Corresponde a una ley propuesta por Proust en 1801, y dice que “cuando dos o más elementos se unen para formar un compuesto determinado, siempre lo hacen en una relación de masas invariables, es decir, en una proporción fija o definida”.
Por ejemplo, al hacer reaccionar cobre con azufre, siempre se formará una cantidad determinada de sulfuro de cobre, según las cantidades de sustancia que inicialmente se presenten.
En 1803, John Dalton presenta la ley de las proporciones múltiples, que establece que “las masas de un mismo elemento que se combinan con una cantidad fija de otro para formar compuestos distintos, están en una relación de números enteros y sencillos”.
Por ejemplo, al hacer reaccionar cobre con oxígeno en diferentes condiciones, es posible obtener dos óxidos de cobre diferentes, y en ellos, las cantidades de cobre son, aproximadamente el doble una de la otra.